Os dejamos este texto de Mercedes Lafuente, miembro de la Plataforma, que fue publicado en los diarios El Pais y Heraldo de Aragón y que pensamos recoge el sentir de muchas de nosotras.
La Navidad: esos días en que nos impregnamos de buenos deseos, nuestro corazón se ablanda y el bolsillo se afloja. La Navidad: época de amor, donde la solidaridad se fomenta y recordamos a los que menos tienen. Mil entidades se vuelcan por conseguir alimentos para los pobres, se organizan actos benéficos, eventos deportivos, loterías, etcétera. Todos entramos en el juego, quizá movidos por un cierto sentimiento de culpa al ver nuestra nevera abarrotada de cava y langostinos.
Pero tras la Navidad, las necesidades seguirán existiendo y me pregunto: ¿no son los impuestos para que el Gobierno se encargue del reparto?, ¿nuestra solidaridad puede suplir a la justicia social?
La redistribución de la riqueza es una de las principales funciones de un Estado social, democrático y de derecho, que es lo que somos, así lo proclama nuestra Constitución. Los recortes se han llevado una buena porción del Estado de bienestar y la garantía de protección se va desmoronando. Nos dicen que no hay dinero, pero es difícil de creer cuando los bancos aumentan sus beneficios y las empresas del Ibex 35 mejoran sus ganancias, el club del millón crece cada año.
Muchos gobernantes mantienen una connivencia inmoral con estamentos de poder, la política pierde capacidad de decisión y la ganan aquellos que no quieren repartir.
Estas reglas de juego deben cambiar, solo ciudadanos que creemos en una sociedad más igualitaria podemos provocar ese cambio. Durante demasiado tiempo hemos hecho una dejación de nuestro poder poniéndolo en manos de políticos que nos han defraudado. Va siendo el momento de retomarlo.—Mercedes Lafuente Gracia.