El pasado día 17 de enero, representantes de la plataforma de trabajadores/as de los servicios sociales municipales mantuvimos una reunión, a petición suya, con el concejal de servicios sociales, Roberto Fernández, junto a Félix Asín, Jefe de Área de Acción Social, Rosario Carcas, Jefa de Servicio y Jesús Alquezar. El objetivo de la reunión era tratar el inicio del Zaragoza redistribuye.
En la reunión se volvió a trasladar la postura totalmente contraria de la plataforma sobre el reparto de alimentos en especie por considerar que es un programa excluyente que no tiene en cuenta la filosofía integradora de los Servicios Sociales que estigmatiza y etiqueta de pobre a las personas que acudan a recoger los alimentos y que recuerda mucho a programas de caridad o beneficencia de épocas anteriores y que creíamos superadas.
Entendemos que ya existen mecanismos dentro de los servicios sociales y que habría que mejorar la eficacia de estos. Creemos que hay invertir mas en planes de inclusión
que incidan en la formación, el empleo, la educación y todos aquellos factores que disminuyan la desigualdad.. Lo que está en juego es la dignidad de las personas.
Planteamos que si hablamos de integración social, el reparto de alimentos sería la última médida a tomar y que existen otras posibilidades de ahorro en materia de ayudas en concepto de alimentación.
Como principal novedad se nos informó que el inicio del reparto de alimentos no será excluyente de las ayudas de urgencia en concepto de alimentación, incluidos los productos no perecederos, lo que no coincide con lo que se nos ha ido transmitiendo hasta el momento en las reuniones que se han mantenido en el servicio.
Como tratar únicamente de este tema nos parecía insuficiente, la reunión se aprovechó para exponer otras cuestiones, a nuestro parecer de mayor interés e importancia: la necesidad de una política global de servicios sociales que incluya programas de empleo social, y su posible extensión a todas las zonas de la ciudad, recursos o proyectos de tipo promocional, con carácter socioeducativo, que puedan utilizar la metodología grupal, que contemplen el elemento comunitario, que favorezcan el empoderamiento de las personas atendidas, que pongan en valor la aportación de los ciudadanos/as (los sufridos usuarios), que desarrollen actividades de interés o utilidad social y que permitan, en definitiva, actuar sobre el núcleo de los problemas.
El concejal y su equipo insistieron en que no se trataba en absoluto de realizar caridad pero, lo cierto es que no llegaron a dar ningún argumento capaz de explicar el motivo por el que el reparto de alimentos no supone una regresión a planteamientos benéficos. Sin embargo se mostraron dialogantes y tomaron nota de nuestras propuestas.
El tiempo nos dirá si llegarán a poner en marcha alguna de estas propuestas o si esta reunión no es sino una nueva pantomima de participación para decisiones que ya están tomadas.